El Norte de esta provincia es un verdadero paraíso fluvial, surcada por sus ríos Alagón, Jerte, Arrago, Eljas, Río Hurdano, Río de los Ángeles, Río Ladrillar y la Riberas de Gata y Acebo entre otros, así como en sus muchos y grandes embalses e innumerables charcas y estanques naturales.
Pero hoy, precisamente el tema que nos ocupa es sobre aguas casi inmóviles, en ocasiones casi paradas totalmente, es sobre zonas artificiales, concrétamente de los lagos de las graveras, creadas estos por el hombre, que con el tiempo, se han llenado de peces y que son aprovechadas para ocio y pesca, albergando en sus aguas gran cantidad de peces con mucho interés deportivo. Hablo de ciprínidos, centrárquidos pércidos y silúridos que encuentran en estos parajes un habitat idóneo en que proliferan con éxito muchas de estas especies, adaptándose perfectamente a sus aguas.
Uno de estos escenarios es, precisamente en el que vamos a centrar para crear este pequeño reportaje.
Cercana a Coria, tomando la dirección Cáceres por la carretera EX.109, a un par de kilómetros, hacia la izquierda, aparece un cruce que nos lleva a la población del Rincón del Obispo. Población esta dedicada en su mayoría al cultivo del campo, con productivas y hermosas vegas en la margen izquierda del río Alagón. Es precisamente aquí, en sus vegas, en la parte más alta donde se encuentran actualmente dos graveras, una de funcionamiento activo y otra ya en casi total desuso.
Llegando el invierno lluvioso y, debido a la cercanía con el río, suele ser muy normal que, con las crecidas del río Alagón, queden comunicados con él y totalmente inundados durante varios días.
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Gravera de los Charcos del Rincón
A una de ellas nos acercamos hoy, a los denominados Charcos del Rincón del Obispo, me acompaña como siempre mi compañero Gaby, un pescador local al que le encanta la pesca y pescar con las distintas modalidades y pruebas que realizamos cada fin de semana que en cada una de nuestras salidas de pesca juntos.
Cada día probamos algo nuevo, estudiamos diferentes situaciones e intentamos sacarles a los muchos "peros" un porqué!, pero a veces, acertamos y entonces se disfruta de la nueva idea, sus ideas cada vez son mas parecidas y sus propias manías de pesca, a las mías, más semejantes. ya no puede ser.
Días atrás, entre semana, Gaby, había ido de pesca a estos charcos, me comentó que la gran cantidad de carpines que pueblan estas aguas, en esta jornada le habían dado la lata con sus tenues picadas e incluso con la pesca al legering con una quivers de 1/4 de onza de puntal fallaba muchas de las leves picadas de estos escurridizos carasius.
Gaby comenzando la jornada de pesca, colocando el brazo extensor apoya cañas, en la posición más correcta,
En aguas quietas la puntera debe bajarse lo mas cercana a la superficie del agua, en aguas móviles, al igual que en otras técnicas el puntal hacia arriba, evitando con ello el mínimo empuje posible a la linea en contacto con la superficie del agua.
Enormes carpines que superan con claridad el kilo de peso son piezas muy comunes en estas aguas
Pero esta técnica, que a los dos nos encanta usar. Si algo tiene de especial es, la similitud con la que la nosotros la vinculamos a la pesca a la inglesa, o sea, el mismo cebado, el marcado de línea, la similar puesta en escena de la caña y accesorios, así como la utilización de flotadores de inglesa de corto mástil para señalizar la zona de cebado, ya que en el uso de dicha técnica no usamos cebador o alimentador, si no un pequeño plomo de poco gramaje unido en ocasiones a una deriva o un tubito antienredos como es el caso de hoy, para posicionar el cebo en el suelo y evitar toda desconfianza del pez antes de tomar el cebo.
Este tipo de flotador lo utilizamos precisamente para un cebado más preciso y exacto en la zona que pretendemos concentrar el mayor número de peces. Estos están creados para señalizar la zona de cebado, su corto mástil, facilita su vuelo y al tocar el plomo en el suelo estos emergen en su totalidad,
quedando totalmente equilibrado. De ello se encarga su emplomadura interna, una vez señalizada la línea con un marcador o rotulador para señalar la distancia de lanzado para seguidamente, realizar el cebado de inicio y una vez efectuado, proceder a retirar el flotador.
Flotador utilizado como referente de la distancia de pesca para la pesca con la swing tip
Un dato a tener en cuenta en el proceso del marcado de la linea.
Aunque parezca simple, es una acción importante a la hora de colocar correctamente el cebo lo más exacto posible en la zona de cebado y, es que, teniendo en cuenta que, con la línea bajo el agua usando un flotador de inglesa, ésta, en su parte final forma un angulo de 90º con respecto a la puntera de la caña,
Al quitarle el flotador (ya que pescaremos solo con un pequeño plomo situado cerca de nuestro cebo) desde la puntera de la caña hasta nuestro cebo, la línea presenta una mayor oblicuidad, presentando en todo caso, una menor distancia o lo que es lo mismo igual o semejante a la profundidad del escenario.
Esta diferencia, a la hora del marcado de la línea es algo a tener en cuenta y sobre todo a la hora de posicionar el cebo correctamente dentro de la zona de cebado.
En el gráfico inferior (2) podemos apreciar un trozo de la línea remarcado en rojo, representa la diferencia de distancia a la que nos referimos. Ésta, es la misma distancia que había entre el flotador y el anzuelo en el gráfico de la pesca a la inglesa. Este dato hay que tenerlo siempre en cuenta en la fase tanto de cebado como de pesca.
Nosotros utilizamos un método sencillo para esto y es, una vez marcada la linea, recogemos la línea hasta que el flotador toque la puntera de la caña, acercamos el anzuelo hacia nosotros con la caña levantada y nos hacemos una imagen mental, para vincularlo luego al marcaje de la distancia de pesca marcada en la linea anteriormente.
Una referencia muy exacta es por medio de las anillas de la caña. Una vez lanzada la caña ya sin flotador, restamos esa longitud (que corresponde con la distancia del fondo medido anteriormente) a la linea, una vez localizada el marcado de esta.
Distintos plomos usados para la pesca al legering con la swing tip
Los distintos plomos que utilizamos para esta técnica oscilan entre los 3 y los 20 gramos como máximo, siendo los más utilizados para aguas paradas de entre 5 y 10 gramos ,
Si se caracteriza por algo esta modalidad, es por la ligereza y simpleza de los montajes, así como por el grosor de sus líneas y bajos de línea.
Tenemos montadas lineas de sedal en la principal de entre 0,16 y 0,18 de hilos sumergibles y, los bajos ligeramente más finos y siempre proporcionales en grosor a ellas.
A si que, llegada la madrugada del domingo, y asentados ya en el puesto de pesca nos dispusimos a preparar el montaje.
Con primeras horas al alba, la mañana, aparecía fría, tranquila y silenciosa, solo se oía, a lo lejos en la chopera, el cántico de los pájaros y, deteniéndonos un momento, mirando el agua que teníamos frente a nosotros, enseguida nos dimos cuenta que, actividad de peces, al menos se veía.
Entre cañaverales y zahoces de las orillas, podían observarse el movimiento de grandes carpas, asomando sus lomos, que en esta época, ya empiezan su periodo de reproducción, haciéndose notar con grandes chapoteos cercanos a las orillas del charco que tenían cierta vegetación sumergida.
De sobra sabíamos que, poco podíamos hacer con ellas, ya que, durante este tiempo, parecen sentirse poco atraídas por ningún tipo de cebo e incluso, les incomoda cualquier tipo de presencia cercana a las orillas.
Sin embargo, otras especies como es el caso del carpín, se encuentran ya muy activas y si consigues atraerlos hacia un cebadero previamente hecho, éste, al ser una especie muy gregaria, es muy posible que podamos disfrutar de una provechosa mañana de pesca. En sí, eran esas las ideas pendientes.
Pero, como en esto de la pesca no hay dos días iguales y menos seguros, la primera de las sorpresas no tardó en llegar al observar las idénticas picadas al día anterior según Gaby, que se producían en una quiver swing de las dos que teníamos montadas.
De cebo teníamos puesto un pequeño grano de maíz, pero tras algún movimiento más de la swing tip, enseguida nos dimos cuenta que, esas picadas no eran precisamente de los buscados carpines,
Sin pensarlo dos veces, cambiamos el anzuelo y el cebo, pusimos asticot y la sorpresa, no tardó en llegar. Tras la picada, un pequeño alburno bimaculado venía prendido del anzuelo.
El alburno, pieza muy común ya en nuestras aguas
Las tenues picadas de días atrás a la caña de mi compañero, utilizando como cebo un grano de maiz, tenían un clara explicación, alburnos tan enormes que, asemejan a las casi desaparecidas bogas que, en su día poblaron tanto estas aguas del Río Alagón.
Con las primeras luces, aparecían delante de nuestros ojos, infinidad de cebas o picás en el agua, que producían el gran manto de alburnos que se notaban muy activos en la capa de agua más alta, que aún estaban a una distancia considerable de la orilla y que, por momentos, parecían alejarse de sus zonas habituales de pasto, como son las de vegetación sumergida cerca de las orillas. Posiblemente la presencia de algún depredador cercano a ella, les hiciera no acercarse a su zonas comunes de movimiento.
Del todo mal no lo habíamos hecho pero, viendo esto, decidimos cambiar algunos accesorios.
El alburno, es un pez de picada sensible y molesta, raro de entender cuando se pretende pescar con cañas que no son minitalleras o alborellas, pero aun así se puede disfrutar de una bonita jornada de pesca con esta técnica, (swing tip, puntera oscilante) que pone a prueba todos los sentidos del cualquier aficionado a la pesca de este pez.
Cebando el puesto con un engodo un poco más pesado que el usado de costumbre para la pesca de este pequeño ciprinido en superficie, con algo más de pan y leche en la mezcla, preparamos el puesto para la atracción de nube de alburnos que se movía aguas adentro.
El montaje del aparejo iba a ser muy parecido al que teníamos pensado usar con el carpin a no ser por unas pequeñas diferencias que, esperábamos nos dieran resultado.
La primera de ellas es, que en la parte inferior del tubo anti enredos, cercano al anzuelo, iba a ir alojado un pequeño muelle resorte, cuya función seria, ser portador de una pequeña masa o bolita de pan y harina de maíz muy fina, solo humedecida esta mezcla lo suficiente para que se deprendiese poco a poco y consiguiera atraer al alburno hasta nuestro cebo.
El anzuelo iba a ser tipo argentino, del número 20, muy fino, sin muerte y con una larga pata para facilitar los desembuchados del pez. De plomo de lastre, un 5 gramos seria mas que suficiente para posicionarlo debidamente en el fondo que, no sobrepasaba, el metro y medio de profundidad, en el lugar elegido hoy para pescar.
El bajo usado para la ocasión iba a ser un 0,12 , aunque sabíamos que sin el uso de elástico interior en el antienredo poco podíamos hacer ante la envestida de un hermoso pez que pudiera llegar a picar.
Montaje para la pesca del alburno
Poco a poco, a medida que iba transcurriendo la mañana, iban entrando en el rejón estos impacientes e incesantes picones en la mañana de hoy, que nos hicieron pasar una agradable mañana.
Tengo que aclarar que con esta modalidad de pesca, es precioso pescar alburnos, estos incansables e insaciables peces, con un aparejo bien equilibrado y compensado para su pesca, son muy escasos los fallos de intento de clavado que, con otras modalidades, incluso podían a llegar a pasar muchas de sus picadas desapercibidas.
Es afición, es interés, son ganas, es equilibrio mental en cada uno de sus días al intentar crear un proceso que de su fruto, disfrutar con ello, es, como a cada uno le guste,con diferentes técnicas , diferentes modalidades, diferentes equipos, pero sobre todo.. es pesca y eso, nos gusta!!
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