Pantano este, que años atrás era un atractivo escenario de pesca en el que había una gran cantidad de peces, en este caso, carpas royales.
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Según me decía, tiempo atrás, podías llegar a disfrutar de una bonita jornada de pesca, pescando en sus aguas.
Eran carpas de escasas dimensiones y raras veces tenían las medidas mínimas. A medida que estos peces, con el tiempo, iban aumentando su tamaño, como es natural, las capturas empezaban a decrecer.
Durante varios años, según me contaba, la situación fue muy similar en cuanto a capturas, llegando hasta el punto de hoy en día, de incluso llegar, en más de una ocasión, a venirse para casa sin ninguna picada a lo largo de la mañana.
Esto, para mí, es argumento más que suficiente para al menos intentar pasar una mañana de pesca en sus aguas, hablo del Pantano de las Pedrizas,
Pantano integrado a la sociedad de pesca de dicha localidad, formado por la retención de un regato tributario del arroyo Patanas.
Con escasa profundidad actualmente, ofrece al pescador un paraje tranquilo muy cercano a la localidad y poco frecuentado últimamente por pescadores locales, ya que, esta sociedad tiene muchas charcas acotadas para el disfrute de la pesca de la atractiva tenca, derecho de pesca que, solo tiene concedido a los pescadores locales.
Sin embargo, el pantano, si está abierto para la pesca bajo el correspondiente permiso
Bonitas carpas de Galicie viven en sus aguas
Conversando con un pescador local unos días antes, me dijo que carpas grandes había, que se las veía saltar muy de vez en cuando, pero que, picar no tenia constancia de que se hubieran sacado.
Sin embargo, algo me dijo este pescador, conocedor del lugar, que me indujo a pensar que si lo hacia bien y conseguía encontrar la base del regato, pues había pequeñas pozas que diferenciaban bruscamente el lecho de este, sobre todo en días cálidos, las carpas no andarían muy lejos.
Con la poca información que disponía sobre él y su pesca, decidí, la mañana del martes,(festivo en la comunidad Extremeña) acercarme hasta sus inmediaciones.
Tras pasar por la localidad de Calzadilla, una pista forestal nos lleva hasta el pantano, al llegar a él, decidí pasar a su margen izquierda, quizá huyendo del sol de cara que empezaba ya a dar señales de su salida.
Pantano de las Pedrizas, margen izquierdo.
Por un momento, y dada la escasísima actividad que pude comprobar en minutos observando el entorno, dudé un poco si de verdad, los comentarios anteriormente oídos eran ciertos.
Este pequeño pantano, se encuentra muy desprotegido ante el abusivo ataque de cormoranes en tiempo de invierno, sin ningún tipo de protección de vegetación o rocas sumergidas, aun así tenia que intentarlo.
Una leve brisa del Sur irrumpía, la hasta entonces, tranquila mañana y, la que iba a aprovechar para intentar realizar la modalidad de pesca con la que pretendía conseguir alguna captura en la mañana de hoy, la pesca a la inglesa con Fix float.
Esta idea, la de usar esta modalidad de Fix float, fue debido precisamente, a que la llevamos a cabo con bajos de linea muy largos, en ocasiones en algunas zonas en el Río Alagón supera el metro de longitud.
La pesca a la inglesa con el Fix float
Su montaje sobre la linea es fácil, simplemente se suele bloquear mediante una pequeña lazada y frenada por un capuchón externo que la inmoviliza el montaje sobre la línea.
Fix float
Sin embargo, en la pesca con Fix float, su uso, se puede utilizar en varios estilos de pesca, la más usada, es la que se realiza a pocos metros de la orilla (no más de 20 metros) con flotadores de escaso gramaje que aguantan poco lastre, (3+1/ 4+1 / 5+1 etc), donde se realiza continuamente un cebado a base de larvas de gusano. El plomeado, a modo de rosario, con pequeños plomos insertados de mayor a menor según se acercan al bajo de linea, conectado este a la línea por un microemerillon y distanciados entre si unos 20 o 25 cm, para favorecer una caída lenta del cebo. En ocasiones, si se hace bien, con el continuo cebado, en escenarios donde la comida para el pez escasea, el pez sube incluso a tomar el cebo a cierta altura.
Tiene mucha similitud con la pesca a la Franglesa, aunque hay algunas diferencias, sobre todo, en flotadores. Los de franglesa suelen ser tipo insert, el plomeado suele ir con dos bloques de plomeados, el pasivo agrupado, aunque el activo es muy similar y en la fijación del flotador en la franglesa, lo bloquean tres plomos, dos por debajo del flotador a 1cm de este y por arriba uno, a la misma distancia, que bloquea su recorrido.
Sin embargo, la que a mi, personalmente me gusta, muy utilizada en otro tiempo en el rio Alagón en la zona de la Barranca, es la pesca con Fix float a larga distancia, aquí, la ejecución de sus acciones debe de ser lo más precisa posible, ya que se llega a pescar, a veces a más de 50 metros de distancia de la orilla.
Sus flotadores son mas grandes y su bajo de linea suele ser mucho mas largo, con un poco de experiencia, se puede incluso pescar en profundidades superiores 1/3 a la longitud de la caña, sin que de lugar a eventuales enredos en el lanzado. Simplemente, tener en cuenta que, la acción del lanzado empieza, justamente con la puntera de la caña en el agua o cercana a ella, se debe estirar la linea en vertical antes del lanzado, tendida esta sobre el agua y hacer un lanzado rápido pero sin brusquedad.
Distintos flotadores que utilizo para la pesca con Fix float
Pero volviendo al tema, en esta ocasión, se me ocurre la idea de utilizarla de un modo similar pero cambiando algunas funciones, para ello debo modificar algunas acciones.
La razón de esta idea, fue debido al comentario del pescador lugareño que me hizo pensar en el arrastre del cebo por el lecho del regato, con pronunciadas pozas, intentando evitar las pasadas arrastre"en vacío" sobre su fondo, ayudado del largo bajo de linea.
Un par de pequeños perdigones de plomo (plomos de toque) a unos 30 cm del anzuelo, serian los encargados de posicionar el cebo en el suelo y frenar su arrastre.
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La carpa, aunque golosa de pequeña, no le gusta mucho el que su comida se mueva y prefiere los cebos casi inmóviles.
Tras varios minutos montando el sencillo puesto de pesca, seguía sin notar actividad alguna, pero aun así, decidí hacer el montaje con el Fix float. Seguidamente después, le monté un waggler (flotador de inglesa) estilo bodied, fabricado en madera de balsa en su totalidad, con su mastil reforzado interiormente y de carga 11+2 gramos, preparado este, para lanzados largos en escenarios de poca profundidad.
Para el cebado, decidí preparar un poco de pan rayado mezclado con harina de maíz, un bote de cañamón, un puñado de larvas de gusano y un bote de maíz, lavado anteriormente unos minutos en el tamiz dentro del agua.
Mezclado éste, le añado un poco de batido de vainilla para hacer la mezcla un poco más aglutinante.
Una vez hecho esto, continué tomando una referencia y observado la orilla de enfrente, buscando siempre la parte en la que dicha orilla me diera indicios de caída o descenso brusco hacia el agua, así me delató enseguida la ubicación del lecho del antiguo regato.
Tras lanzar el aparejo diferente distancias, una de las veces, se sumergió el flotador por unos momentos, acabando unos metros después apareciendo levantado en exceso, (indicio este que, me demostraba la acumulación de tierra o arena al final de la supuesta hendidura, formado esta, tras el empuje del agua en la invisible poza en el lecho del río).
Este flotador estaba mínimamente sobrecargado en lastre y lo que el viejo y sabio pescador me dijo, acababa de aparecer, una escondida poza se había dejado notar,
En el siguiente lanzado pude comprobar que esta diferencia de fondo no se diferencia poco más de un metro en cuanto a profundidad, pero para lo que quería, era fondo más que suficiente.
Y así lo hice, pero esta vez deje sobrecargado el flotador con un plomo de lagrima de 0'50 gramos a 20 cm de los dos plomos anteriores de toque y a una distancia de unos 50 cm del anzuelo.
En la emplomadura pasiva, la más cercana al flotador, estaba formada por dos perdigones esféricos BB de 0'80 gramos cada uno de ellos.
La intención de esta forma de plomeado era porque quería que, el empuje del oleaje superficial desplazara el flotador que arrastraba al aparejo hasta la poza. El arrastre llevaría la linea en oblicuo y al tocar el plomo de lágrima el fondo arenoso de final de la poza, el flotador emergería un poco, aguantaría la tensión del empuje del oleaje y el bajo de linea, al trabajar en oblicuo, (arrastrado este por el flotador) acabaría justamente en el lecho de la poza.
Había que sincronizar varias acciones pero, era un reto más y tenia que intentarlo.si lograba frenar progresivamente la caída de la linea en el agua tras el lanzado y conseguía sumergirla rápidamente, lo demás vendría rodado.
Siguiendo mis acostumbradas pautas de precebado, marque la distancia exacta de lanzado y me dispuse a cebar el puesto de pesca.
Los lanzados, los tenia que efectuar unos metros a la izquierda del centro del cebado, para intentar que le diera tiempo al aparejo a bajar suavemente, mientras que, el oleaje movía el flotador hacia abajo y diera tiempo a posicionar el cebo en el sitio que pretendía, en el centro de la hendidura de la poza, que, bajo mi punto de vista y observando las reacciones del flotador, media algo mas de tres metros de longitud.
Hecha una imagen mental del fondo y cebado con anterioridad, me dispuse a pescar.
Lanzando la caña al sitio deseado, tras un momento de recorrido el flotador emergió 1/4 parte de su mástil, un poco en oblicuo, con un constante y mínimo vaivén propiciado por el escaso oleaje.
A lo lejos, se nota el mástil del flotador emergiendo en oblicuo
Mi sorpresa fue que, tras recoger por primera vez, en el anzuelo no quedaba más que la cáscara o piel del grano de maíz, la pequeña larva de gusano que coloque a su lado, también había desaparecido.
Al menos algo había hecho desaparecer el cebo, pero con un bajo largo, arrastrando la mayor parte de él y a esa distancia, unos 45 metros, (según los marcajes de mi sedal) no es fácil la acción del clavado.
Viendo esto, decidí cambiar el cebo usando un par de larvas de gusano en un fino anzuelo del nº 16, insertados a la inversa el uno del otro.
La primera picada la detectó el flotador en la misma bajada del cebo, (picadas en descenso) es posible que, incluso no llegara el cebo a su lugar de destino.
Esto me daba a entender que pequeñas carpas merodeaban cerca del cebado, al momento una pequeña carpa de poco más de 300 gramos entraba en la sacadera.
Pero esto no era más que el inicio de lo que luego acabará ocurriendo después,
Usando unos guantes de látex, preparé un poco de larvas de gusano (asticot) encolado con gravilla y lo lance en tres o cuatro bolas a la zona de cebado, si quería coger peces mas grandes, debía retener primero a las pequeñas carpas en el cebado.
A intervalos regulares iban sucediéndose las picadas, dándome a entender que, las carpas estaban entrando al cebado y que ya, seis de ellas, habían acabado entrando en la sacadera.
La apacible mañana acaba enturbiándose con la aparición de nubes y viento constante y el wagglers montado de madera de balsa, cada vez le costaba más estabilizarse en oblicuo, llegando por momentos a desaparecer entre el oleaje.
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Esto, me agrado en parte por que sabia que, con mas oleaje entraría tarde o temprano la carpa más grande, aun a sabiendas que la pequeña iba a desaparecer del escenario.
Este cambio me hizo modificar tres cosas; la primera el plomeado bajando mas lastre a la emplomadura activa( la cercana al anzuelo), el anzuelo y bajo de linea y lo mas importante, el flotador o boya de inglesa.
A ciertos flotadores les tengo adaptados unos estabilizadores de madera de balsa sobre su mástil, de diversos coloridos, graciosamente los llamo "las Plumas Cherokee" pero para estos casos y pescando con esta modalidad de Fix float, el empuje lateral del oleaje no logra hundirlos y delatan perfectamente la picada, además de darle mas carga de lastre a la emplomadura,
Ahora la situación de pesca era diferente, la emplomadura, con más de el doble de lastre y el plomo de la activa, en este caso una lágrima, superaba el gramo de peso.
Las picadas disminuyeron a lo largo de la mañana pero eso si, las cuatro carpas que conseguí capturar después superaban el kilo y medio de peso, y como por arte de magia, la carpa más menuda desapareció del escenario, sin embargo a la carpa de mayor tamaño parece agradarle esta situación de inestabilidad y fuerte oleaje y por alguna extraña razón, parece demostrar más actividad y entrar con menos desconfianza hacia nuestro cebo.
Mi experiencia personal me dice que la carpa y, más si es de buenas dimensiones, no quiere los días calurosos y calmados, Y el oleaje, si no es en exceso, en este pez, condiciona muy favorablemente su actividad, así como sus ganas de tomar el cebo
Entretenida, al menos la mañana, sin excesos, pero siguiendo las palabras y comentarios de quien más saben, pacientes y viejos pescadores de fondo, a los que nunca debemos ignorar, con muchas horas de orilla y a los que nunca me canso de escuchar y aprender de ellos.
Y es que, me gusta que me cuenten,,,
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